Segunda noche de "mierda" para muchos vecinos de Navaluenga, que se preguntan para que sirve la Ordenanza de Convivencia Ciudadana.

"La búsqueda de una solución para este problema no distingue entre ideologías y aglutina a gente de todos los colores políticos, y solo tiene en contra a los pocos que les conviene que todo siga igual".



La pandilla que vemos en la foto, es solo una muestra de los grupos que hicieron imposible que algunos vecinos pudieran conciliar el sueño.

Esta foto me la envió un vecino*, con la aclaración de que la sacó a eso de las 7:15 am.

No hacía falta que me explique muchas cosas porque a esa hora, yo ya estaba escribiendo unas cosas para una página de Argentina.

Pues nada, como pueden ver, se estaban divirtiendo con un barril que venían arrastrando desde un establecimiento de la zona.

Por otra parte, los estuve escuchando durante quince o veinte minutos porque se detuvieron un largo rato en la calle donde resido.

A diferencia de esta pandilla, a la que no le importó nada-gritos, cánticos, etc, a las 7:15 am-, he tenido una consideración que no merecen, y fotografié la pantalla de mi ordenador con una de las imágenes que me enviaron, para que no se distingan sus rostros; por otra parte, estos no fueron los únicos que le hicieron pasar una noche de "mierda" a mucha gente.

Pero, al igual que el viernes, la noche del sábado fue infernal- gritos constantes, botellas rotas, contenedores volcados-, y si todo el verano continúa de esta forma, mucha gente, y sobre todo muchas personas mayores, lo tendrán muy difícil.

No denuncio este problema porque me afecte especialmente a mí- duermo en una habitación interior, y cambio algo de silencio por el calor que se produce por no tener las ventanas abiertas-, sino porque hay gente que está desesperada, se siente humillada en su dignidad, y se pregunta por los derechos que les acogen como vecinos de este pueblo.

No se trata de ser un "carca" y estar en contra de la fiesta, se trata de que esto no se convierta en un "Lloret de Mar", que ha tenido una modalidad de turismo descontrolado, y que está intentando cambiar porque se han dado cuenta que es una ruina social, económica, y moral, para su pueblo.

En fin, cada vez más gente quiere buscar una solución para este tema, y yo propondré organizar algo con la gente de Vecinos, para comenzar a "dialogar" sobre posibles alternativas de solución, porque algunas cortinas de humo, como la Ordenanza de Convivencia, solo han servido para abrir un procedimiento por "un folio" que colocamos anunciando una reunión de nuestra asociación.

La búsqueda de una solución para este problema no distingue entre ideologías y aglutina a gente de todos los colores políticos, y solo tiene en contra a los pocos que les conviene que todo siga igual.

Solo decir que asumimos el coste de trabajar este tema, y que somos conscientes de la utilización que el pp de Navaluenga hace de esta cuestión para captar cierto voto joven, pero no estamos en política para buscar nuestra promoción personal a cualquier precio.

Somos sensibles al "hedor" de la hipocresía que navega entre la solemne tradición de una procesión, y los "guiños" que se emiten desde el Ayuntamiento para convocar a un "tipo" de desmadre que se contradice con los valores "comunitarios" que se expresan en esas procesiones o con las declaraciones del alcalde, y en todo caso, prohijamos con un mimo especial, la "tradición" que nos impele a respetar la dignidad de nuestros viejos.

Insisto, luego de trabajar algunos años en Ibiza, como pueden entender, no me escandaliza casi nada de lo que pasa durante la noche, pero no se trata de eso, se trata de no venderle "pescado podrido"  a nuestros jóvenes, de conjugar distintas alternativas de ocio, y de pensar en la convivencia entre "todos".


Gonzalo Quiroga Arzeno (Vecinos).





* Los invito a enviar toda la información que consideren importante, sobre el tema que les parezca; al igual que el vecino que nos envió las fotos, mucha gente ha sido testigo de nuestra discreción, y entendemos los reparos de mucha gente a significarse, porque conocemos y vivimos en "carne propia" los berrinches del poder local.