Algunos de estos políticos deben rendir cuentas ante la justicia, y otros no se encuentran incursos en ninguna causa judicial.
Jordi Pujol, por ejemplo, gracias a la oscura actuación del gobierno del PP, no podrá ser acusado de delito fiscal, porque pudo regularizar su situación sin que el gobierno lo haya denunciado con la celeridad que el caso requería, cuando el periódico El Mundo informó sobre la cuenta que tenía en un banco andorrano.
Pero lo que aquí nos importa, es que en una democracia, los políticos están obligados a rendir cuentas ante los ciudadanos, más allá de su suerte judicial, que suele ser bastante más benigna, que la del resto,
Jordi Pujol se burló el otro día de los ciudadanos, "To Pa Mí", al que algunos excéntricos todavía conocen por Agustín González González, ha tenido el descaro de no explicarnos, entre otras cuestiones, su turbia actuación en Caja Ávila, Mariano Rajoy, directamente destruyó los discos rígidos que guardaban información sobre la turbia financiación de su partido, Sebastián González, nunca respondió sobre su relación con el Caso Gürtel, Pepiño Blanco no aclaró aquel episodio de "la gasolinera" y fue premiado con una candidatura a las europeas, Ángel Acebes es un fantasmal personaje que ni se plantea rendirnos cuentas por su escandalosa actuación en Bankia, Juan Antonio González nunca nos explicó lo de la cuestión de las cientos de casas irregulares, y literalmente huyó de un Pleno Municipal cuando se sintió acorralado por las preguntas de Isidoro Román Cuesta, y, finalmente Armando García Cuenca, se niega a explicarle a sus vecinos, entre otras cosas, su oscura relación con la Fundación de Golf Castilla y León, y los motivos por los cuales no nos presenta los recibís de los pagos que debía realizar la citada fundación; en este último caso, solo le ha respondido a los funcionarios enviados por la juez, y su otra respuesta, fue la denuncia que le realizó a Isidoro Román Cuesta, para intentar callar al mensajero.
Mediante cientos de argucias, buscan eludir su responsabilidad en la rendición de cuentas a sus "mandantes", que son los ciudadanos.
El drama de esta burda opereta, es que por el motivo que sea:
NO PUEDEN RESPONDER.
Es curioso, con el patriota Pujol, aquí en Navaluenga, nos une otro patriota, el señor Rueda Orgaz, que representa a la empresa que "presuntamente" le pagó más de un millón de euros al primogénito del clan Pujol; este patriota es agasajado y "justificado" por nuestro alcalde.
Quizás la conocida frase que sostiene que "el dinero no tiene patria" debería ser re-formulada:
"El dinero es la única patria, y todo lo demás, son milongas".
Como ven, entre patriotas y pedorretes está la cosa.
Al final, el único que ha respondido algo es el"pobre" de Bárcenas.
Todos los demás, como única respuesta, nos han dedicado un ruidoso y aromático pedorret-patriotas catalanes- o unos sonoros pedos-patriotas españoles-, pero su ética pública, huele igual de mal, en Barcelona, Ávila o Madrid.
Gonzalo Quiroga Arzeno.
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