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sábado, 29 de marzo de 2014


....y tú que sabrás, si vienes de fuera, esas cosas tendremos que arreglarlas los del pueblo, no tú, que no pintas ná..., el hombre apoyó su azada contra el aljibe, se prendió un cigarro y le respondió:

...la dignidad no es foránea en ningún pago, y como dice la milonga, yo para estas cosas, " soy torito en rodeo propio, pero torazo en rodeo ajeno",... para ser honesto, no se necesita pasaporte, tampoco se necesita para ser alcahuete y mamporrero como eres tú....

El otro, un recalcitrante habitual, se marchó farfullando, "...ya veremos, ya veremos...", y se metió en su casilla.

Nuestro hombre exhaló una bocanada de humo y se quedó pensativo:

...este pobre infeliz, no es consciente de la potencia que tiene una frasesilla maliciosa como esa-.."ya veremos..."-, en el inconsciente colectivo español, porque aquí siempre mandaron los mismos, y los cuarenta años de dictadura calaron hasta el tuétano,....pues habrá que retrucarles con nuestro"...ya veremos, ya veremos...",a ver si en una de esas el miedo cambia de bando, y por fin tenemos una verdadera transición por estos lares, con una democracia integradora, sin odios larvados, y justa de verdad....




Tomo su azada, y comenzó a dibujar los surcos con una energía in-habitual en él....



( Párrafos fragmentarios que describen una situación bastante más habitual de lo que solemos pensar, que han sido recogidos en el quincuagésimo cuarto capítulo de nuestro siempre inacabado libro " Famiglia e Omertá")

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