Conversación con el alcalde

Supongo que los que busquen cotilleos o alguna polémica altisonante se van a sentir decepcionados, porque no suelo revelar mis conversaciones privadas; salvo que tenga la autorización de la persona implicada o me sienta "especialmente" amenazado por mi contertulio, prefiero mantener en reserva lo charlado.

Así actúo con todos los vecinos, y no tengo porque cambiar de actitud con el vecino que ejerce coyunturalmente de alcalde; es verdad que ejerce un cargo público, pero la conversación se produjo fuera del consistorio, y por otra parte, simplemente me gusta comportarme así.

Se acercó a mi por la lectura o por los comentarios que le llegaron acerca del artículo "¿ Para Qué?, ¿Para Quien ?, ¿ Para Cuando?", con cuyo contenido sigo coincidiendo línea a línea, y sobre el cual, el mostraba enérgicamente su disconformidad.

Otro " gallo cantaría" si la conversación hubiese discurrido por sus carriles iniciales, aunque es verdad que no es fácil acercarse a alguien con el que casi no tienes trato -solo intercambiamos pareceres en una reunión pública sobre turismo-, y que es muy crítico con muchas de tus actuaciones; en este sentido creo que debo reconocer esa situación, y que es verdad que yo nunca me acerqué al consistorio para mantener una charla con él- de todas formas tiene solicitada por Lena una entrevista para este blog-, aunque suelo ser bastante escéptico sobre los resultados tangibles de estas charlas en determinadas circunstancias y ambientes políticos.

Sobre esto último me referiré en un próximo artículo, porque yo tengo una posición tomada sobre este particular, y sobre todo, cuando se trata de solicitar información, prefiero hacerlo por escrito; es verdad que en nuestra cultura política municipal se suele acceder a los políticos directamente, pero lo que en muchas ocasiones es una muestra de accesibilidad y cercanía con el vecino, en otras da pie a la manipulación y al "regate".

De todas maneras puede que mi posición al respecto sea algo inflexible, y que debería ser más "sociable" y mantener otra relación con los responsables del consistorio, no lo sé, me lo cuestiono en voz alta, no lo sé, pero no lo es en lo referente a la solicitud de información, porque esta debe ser remitida por escrito a quien la solicite, dado que en política las palabras tienen mucha afición por el vuelo.

Es verdad que cualquier vecino, y por supuesto el alcalde también, pueden escribir en este blog cuando quieran, aportando información y corrigiendo la que crean defectuosa; este es uno de los objetivos hasta ahora frustrados de este espacio.

Por lo tanto no me voy a referir al contenido ni al tono de la conversación mantenida con el actual responsable municipal, pero si lo voy a hacer sobre ciertos malentendidos- algunos bienintencionados y otros no- que pueden existir alrededor de mi actuación dentro de este espacio; ustedes saben que nunca me ha gustado referirme a mi mismo, pero esta vez me veo obligado ha hacerlo sobre esta faceta concreta de mi vida, para dejar sentada mi posición de una vez para siempre.

Como ustedes también saben, me gusta arruinar mis artículos con alguna nota al margen, y esta vez lo voy ha hacer refiriéndome a los "alcahuetes" - algunos un tanto nuevorriquillos, hoscos y aficionados a los toros-, para agradecerles por la fidelidad demostrada en la lectura de este blog y solicitarles que si se les cae alguna idea- nunca se sabe, oye-, por favór no dejen de volcarla en estas virtuales páginas; como ven, al igual que la cándida ministra, creo mucho en los milagros de la virgen de "El Rocío".

( Continuará con el aburrido relato sobre mis circunstancias personales)


Gonzalo Quiroga.