Parece que a nuestros gobernantes les preocupan y avergüenzan sobremanera las fotos de las "algaradas callejeras"aparecidas en la prensa internacional.
Preferirían unas fotos más "amables" que convencieran a sus socios europeos de que somos un país de ciudadanos buenos y obedientes que una vez depositado obedientemente el voto en las urnas, caminaremos obedientemente hacia donde ellos nos dirijan sin levantar la vista ni escuchar a nuestro alrededor. Hasta cuatro años más tarde, cuando obedientemente atenderemos de nuevo a sus arengas y depositaremos de nuevo nuestro voto, que los convertirá en nuestros legítimos representantes y en la voz de la soberanía popular.
No les gusta que haya ciudadanos que se manifiesten pacíficamente, que cuestionen sus políticas, que les recuerden las mentiras que nos cuentan. Ni que aparezcan fotos de gente rebuscando en la basura por la situación que ellos, junto a los siempre insaciables banqueros, han creado.
Prefieren arrellanarse en sus sillones del Congreso desde donde nos informan con arrobo que, gracias a dios y a la impecable actuación de la Policía, su sagrada labor como representantes del pueblo ha transcurrido sin incidentes.
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