Quizá soy algo
más discreta que el señor que aparece en esta viñeta de Forges, pero a pesar de
eso me puedo sentir bastante identificada. La mayoría de las veces la
indignación es causado por lo que está pasando en el mundo, por las
barbaridades que se hacen y se dicen, de las cuaales nos enteramos por los
medios informativos. Otras veces, sin embargo, lo que escandaliza es como
estos medios informan de ciertas cosas, como nos dan una visión torcida de la
realidad (...aunque en absoluto quiero decir que haya una forma correcta
de presentar las cosas; la realidad es compleja, y el asunto de la objetividad
complicado).
Hace unos días
me llegó un mensaje de la red global de campañas Avaaz, que trata
precisamente de esto. Allí critican el sesgo mediático de las últimas semanas,
que nos ha transmitido la idea de que “el mundo musulmán está ardiendo con
ira anti-occidental por causa de un video islamófobo, y que hay hordas de
manifestantes violentos en las calles amenazándonos a todos”. Pero esto,
argumentan, está muy lejos de la verdad.
Por ejemplo,
aunque la mayoría consideran el video “Innocence of Muslims” ofensivo y
malísimo, se estima que sólo entre un 0,001 y un 0,007% de los 1.500 millones
de musulmanes en el mundo han participado en las protestas. Es decir, uno por
cada 40.000 habitantes más o menos - una pequeñísima parte de los que se
manifestaron a favor de la democracia en la Primavera Árabe.
Además, Avaaz
destaca que la gran mayoría de las protestas han sido pacíficas, que
prácticamente todos los lideres más destacados han condenado los actos
violentos, y que “los asaltos a las embajadas extranjeras han sido casi
todos organizados por miembros del movimiento salafista, un grupo islamista
radical que busca debilitar a otros sectores islamistas moderados más populares.”
Precisamente
fueron los salafistas que “rescataron” el video que hasta el 8 de septiembre
(cuando un presentador de la televisión egipcia empezó a promoverlo entre su
audiencia) había sido un fracaso en youtube con muy pocas visitas.
Según Avaaz, “al
igual que la extrema derecha en EE.UU. o en Europa, la estratégica salafista es
ganarse a la opinión pública, aprovechando toda oportunidad de alimentar la
rabía radical y satanizar a sus oponentes ideológicos. Este enfoque se parece
al del pastor anti-musulman norteamericano Terry Jones (el primero en promover
el video en Occidente) y otros extremistas occidentales. En ambas sociedades,
sin embargo, los moderados son muchísimo más numerosos que los extremistas...”
Entre
los artículos que recomiendan como ejemplos de periodismo serio sobre este
tema, hay uno de Olga Rodríguez, “Mas allá de una película contra el Islam”, en
eldiario.es. En el, la autora
analiza varias de las causas de la impopularidad de Estados Unidos en el mundo
árabe y musulmán, y también recuerda varios acontecimientos, manifestaciones y
huelgas que no han sido noticias:
“En los
últimos dos meses miles de personas han protestado en Egipto contra el Fondo
Monetario Internacional, por una educación pública digna, a favor de un salario
mínimo y en demanda de juicios contra la Junta militar y los criminales de la
dictadura. (...) En Túnez también se han registrado huelgas y protestas con
demandas políticas. Sin embargo, apenas se ha hablado de ellas en los medios de
comunicación occidentales...”
Cita
a varios activistas egipcios que lamentan los intentos de equiparar las
protestas contra el video con las revueltas de 2011, y escribe:
“Incluso
más de un comentarista ha aprovechado para defender una tesis que las revueltas
de 2011 habían logrado expulsar del debate público: Que Islam y democracia son
incompatibles. Es decir que los países árabes musulmanes necesitan ser guiados
por dirigentes de mano dura que acepten las condiciones de las naciones
occidentales...”
...Y, para terminar, aprovecho para poner aquí un
video con Souad Massi, una cantante Argelina que descubrí hace unos años, y que me gusta.
(Lena)
No hay comentarios:
Publicar un comentario