Molino de "Canto Gordo": Destrucción del patrimonio arquitectónico de Navaluenga reflejado en una entrada de "No eres de Navaluenga si no...".

Les dejo este descriptivo y desasosegante comentario de un lector, que describe muy bien la destrucción de la memoria urbana,  hecha "de piedra, espacio, y vivencias-",  y del patrimonio urbano a la que nos han sometido algunos responsables políticos "muy listos":

(Anónimo12 de octubre de 2015, 14:11
Se han dejado destruir los molinos que había por el río, se derribó el antiguo Ayuntamiento y sus piedras se esparcieron por la chopera, se destruyó lo que quedaba de la presa de la "Fábrica de la luz", se hormigonaron plazas y calles empedradas,se quitaron las gruesas losas de granito de la acera en la calle de entrada a la plaza del pueblo, se derribó la "Casa de los Maestros", el antiguo "Cuartel de la Guardia Civil" también de granito.... etc etc..
Y no hay más que dar un paseo por el pueblo y ver cuantas viejas casas de piedra han desaparecido..)


Afortunadamente, de vez en vez, algunas personas nos llaman la atención sobre la destrucción del patrimonio urbanístico, y de la línea arquitectónica que ha caracterizado al pueblo; lo que no se ha destruido por obra de una política urbanística de "pelotazo" a corto plazo, se ha dejado en un total abandono.

Los que permitieron que se perpetrase este atentado contra el pueblo, sabían bien lo que hacían, y allí, por si acaso alguno se había "despistado", estaban esas pocas personas, que con valentía y honestidad, les recordaban que estaban acometiendo una destrucción que sería ruinosa para el futuro, y que prohijaban todo tipo de irregularidades urbanísticas.

Algunos, por esa época-me cuentan que Juan Antonio era uno de ellos-, decían que este pueblo no tenía un gran patrimonio monumental u arquitectónico, y que por lo tanto, no había que preocuparse por realizar un urbanismo sostenible y armónico.

En el primer mandato de Juan Antonio, todavía se podría haber salvado este molino, y existieron voces que así lo propusieron.

Pues la belleza de los pueblos, no solo reside en tener grandes obras arquitectónicas, sino en mantener un "dibujo" o una línea urbanística y edilicia, que se ha ido forjando a lo largo de los siglos, de una forma progresiva y más o menos armónica.

Pero la mezquindad de algunos, la ceguera de otros, y el mareante olor a "billete fácil", les ha hecho buscar todo tipo de excusas, como la siempre recurrida y falsa consigna, del progreso del pueblo y de la generación de puestos  de trabajo.

Pues se puede generar "prosperidad" haciendo las cosas bien, como han hecho algunos lugares, donde la construcción a respetado y revalorizado la línea arquitectónica del pueblo, y generado trabajo no solo en ese momento, sino que lo ha potenciado hacia el futuro.

No es casual que a la destrucción, permitida por algunos que gustan  proclamar su "enorme" amor por el pueblo, y que señalan a los "foráneos" inconvenientes-a los otros no, claro, a estos, se los nombra "hijos adoptivos"-, le haya venido aparejado el turismo de borrachera.

Claro que no es casual, a la destrucción de la memoria arquitectónica del pueblo, a su desmembramiento, le viene aparejado un desmembramiento social, donde se rompen las mínimas reglas de convivencia en pos del beneficio de unos pocos.

Cuanto mejor turismo tendríamos con un pueblo al que no hubiesen destruido como lo han hecho, y cuanto más hubiésemos potenciado el turismo de familiar y naturaleza.

En fin, solo recordar a gente como Isidoro que en su momento dieron la batalla, o a Pepe "Piedra", que más de una vez me habló de la cuestión de los molinos.

También quiero agregar que la defensa del patrimonio no entiende de ideologías, y que me ha alegrado confirmar que en Navaluenga hay gente de "todos los colores" que le indigna la destrucción acometida.

Algunos amigos me dicen que no escriba en "No eres de Navaluenga si no...", que ahí hay mucho "hooligan", y yo siempre les contesto que hay mucha más gente equilibrada y respetuosa, y que por más que "los Indas de Armando" se hagan notar y salten como un resorte con todo tipo de insultos y torpezas, estos, serán, cada vez más, una incongruencia del pasado.

Gonzalo (VECINOS)

Aquí alguna de las fotos del molino destruido, que ha colgado por un miembro de esa página, y que son tan bellas, que nos predisponen a recrearnos estéticamente y a olvidarnos de lo que denuncian: