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martes, 26 de mayo de 2015

Esta vez no ha sido el Grinch sino el PP


Un día después de las que han sido mis primeras elecciones municipales dentro de una agrupación electoral me gustaría hacer mi valoración personal de los resultados. Lo primero es decir que he sentido una profunda vergüenza de las artimañas que he visto emplear al Partido Popular de Navaluenga para conseguir el fin de perpetuarse con mayoría absoluta en el ayuntamiento. He sentido vergüenza porque nos han robado la democracia.

Visto en perspectiva me doy cuenta de que muchas ciudades están recuperando su soberanía a través de iniciativas municipalistas y, mientras esto ocurre en el resto del país, aquí nos siguen robando descaradamente elección tras elección. Por una parte da mucha satisfacción saber que parece imposible que sin el uso de las malas artes, de las trampas y de las zancadillas el PP sea capaz de obtener la mayoría absoluta; da mucha satisfacción porque en estas elecciones se ha apreciado que el pueblo pedía a gritos un cambio urgente, y es un cambio que se les ha escamoteado. Robar la voluntad popular y disfrazarla de democracia es sólo propio de personas carentes de toda ética. Por lo visto alguna concejala popular ayer se las daba de demócrata, y está bien porque así sabemos cuál es el libro que falta en su biblioteca: un diccionario. Intuyo que falta porque de tenerlo no usaría las palabras en vano y a la ligera (he de recordar que según el folletín del PP gobiernan un ayuntamiento con superhabit (sic.), signifique eso lo que signifique y esperemos que no sea algún tipo de nueva gripe). Y en este sentido quiero hacerles un favor y les voy a regalar dos palabras: artero y artería. Voy a copiar las definiciones directamente del diccionario de la Academia:

artero, ra.
(De arte 'astucia').
1. adj. peyor. Mañoso, astuto.
Artería
(De artero).
1. f. peyor. Amaño, astucia que se emplea para algún fin
.
Por si hace falta aclararlo el peyor. significa peyorativo, por lo tanto no, no es un halago. Espero que ahora que las tienen sepan aplicarlas a sus prácticas y comportamientos habituales.

Por otra parte, algo que he sacado en claro del resultado obtenido (751 votos para el PP que tienen que confrontarse con los 916 que consiguieron en las anteriores municipales) es que la gente no quería que el ayuntamiento siguiese siendo el señorío de unos pocos y que si han conseguido el concejal que les daba la mayoría absoluta ha sido gracias a sus habituales malas artes y arterías. Han funcionado a la perfección el amaño del censo, las presiones a familias, las maledicencias, el miedo, los trabajos temporales mal pagados y alguna que otra maña que ellos saben; y aún así han sudado mucho. Porque ganar la mayoría absoluta por poco más de 75 votos convierte a esa victoria en lo que se suele denominar como pírrica. Y ahí sale otra palabra que les regalo hoy (así les quito el esfuerzo de tener que buscarla en ningún lado). Aquí va la definición:

pírrico, ca.
(Del gr. Πυρρικός, de Πυρρός, Pirro, rey de Epiro).
1. adj. Dicho de un triunfo o de una victoria: Obtenidos con más daño del vencedor que del vencido.
2. adj. Conseguido con mucho trabajo o por un margen muy pequeño. Triunfo pírrico del Partido Conservador.
3. adj. De poco valor o insuficiente, especialmente en proporción al esfuerzo realizado. Recibieron una cantidad pírrica por su trabajo.
O sea que sí, han ganado, pero con trampas y con muchas pérdidas. Sin embargo por nuestra parte tenemos la conciencia muy tranquila, hemos hecho una campaña limpia, acorde a una ética que tenemos muy clara y a la que no vamos a renunciar ni vamos a vender. Quizá para ganar tendríamos que haber caído en amenazas y en generar divisiones y odios, sin embargo sabemos que ese no es el pueblo que queremos y por ello no vamos a caer en aquello que detestamos. Me imagino que no les está causando ningún cargo de conciencia saber que han robado unas elecciones y que han robado algo más grave: la voluntad de cambio de una población.

Esta vez no ha sido el Grinch el que nos robó la Navidad, sino el Partido Popular.

Daniel San Miguel (Comprometidos)

2 comentarios:

  1. Cristina Perez Garcés29 de mayo de 2015, 18:30

    Si tiene que haber cambio...lo habrá, como tu dices se ha trastocado la voluntad por engaños, amenazas y provocación de miedo y estos actos...tienen las patas cortas.
    A lo mejor, y ahí mi parte negativa o pesimista, la gran mayoría no desea que se transforme la rutina, las normas y quehaceres de unos pocos que dejan poca actividad y trabajo personal y creativo a la mayoría, tal vez acepten la comodidad, la seguridad, la supuesta estabilidad...entonces Daniel será el momento de la retirada, de encontrar nuestro sitio en otro lugar, o de simplemente llevar nuestra vida personal aparcando aquella social.
    En estos cuatro años, que pasan rápido, se verá...y se verá porque lo que está claro es que vamos a quemar nuestros cartuchos, suena mal pero me refiero a que a pesar de todo, se avecina una etapa de trasparencia, de sinceridad y de poner las cartas sobre la mesa observando a que juega cada cual. Y que por ahora seguimos por aquí y somos de Navaluenga.

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  2. Los cambios son lentos... no se dan de un día a otro: primero se siembra la semilla, después se riega, procurando hacerlo con pensamientos llenos de las cualidades que queremos nos ofrezca la misma, y después de un tiempo está nacerá a irá creciendo con lo que nosotros vayamos poniendo en ella... Esta es una zona dura por sus extremas temperaturas, por lo que las semillas que vienen de fuera les cuesta adaptarse, unas salen adelante y otras no... pero he observado que si uno persiste y va cambiando la semilla de lugar hasta que encuentra un espacio en la que se siente ella bien, ésta germinará. Está comprobado... simplemente hay que tener la paciencia, el talante y la generosidad adecuados para que aunque no sea para nosotros, dejar una buena semilla sembrada a generaciones venideras. Y así será no lo dudéis. Mar

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