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domingo, 25 de enero de 2015

La perenne dificultad de la sociedad española para resolver sus diferencias mediante el acuerdo y el diálogo y el enquistamiento de problemas menores que revierten en cuestiones centrales. En la derecha, sobre todo la derecha reaccionaria, sus diferencias son más mundanas, "más de lo de comer", y por lo tanto son más pragmáticos a la hora de resolverlas, el que manda. ¡manda¡ y el resto a formar fila, que con "los garbanzos" no se juega. Ahora, en la progresía "española", y yo diría mediterránea, movidos por ideales y buenas intenciones, muchas veces nos batimos en "feroz contienda", por lo insustancial, y yo el primero. Esto es algo histórico, y ni les cuento en los procelosos sesenta o setenta donde la interpretación freudiana o lacaniana, o marxista guevarista o maoísta de "mujer trabajadora", podía acarrear sangrientas rupturas y disputas políticas, que hasta se traducían en rupturas de alcoba. Pasados los años, los que se pelearon entonces se encuentran al borde del camino, se sientan en una roca, y se ríen de los insustancial de sus peleas, en relación con el cataclismo social y económico que esas mismas disputas facilitaron. Una derecha de mercachifles y trileros, les había robado la cartera, mientras ellos se peleaban por cuestiones conceptuales. Mientras ellos se peleaban por la correcta interpretación conceptual de "mujer trabajadora", iban desapareciendo esas mismas mujeres trabajadoras( ¡"reales"! y no conceptuales), en el sentido de individuos sujetos a derechos laborales. Pero luego esos amigos volvían a iniciar una nueva y "definitiva" aventura-los años mozos pasan y ya no queda tanta energía y romántica ilusión-, y otra vez, entraban en el bucle insustancial de la disputa sobre si la coma debía ser colocada antes o después del término asamblea. Y así "la coma" era llevada a "juicio político" y así comenzaba nuevamente un sesudo "gallinero insustancial". En este sentido debo decir que Podemos, ha tomado oportunos recaudos para evitar estas situaciones, ya se verá si son suficientes. Pero la mayor crítica que se le puede hacer a la progresía que cae en estas disputas, se la hace ella misma, porque al actuar así, lo hace movida por el mayor pecado del que se la puede acusar: El de haber mordido la manzana del más cerril individualismo. Como somos todos unos "Borges" u "Einstein" no aceptamos la, y nos convertimos en comisarios políticos de, "la coma" del otro. He dicho.

3 comentarios:

  1. Gonzalo (porque me imagino que eres tú que has escrito este texto -por favor no te olvides de firmar tus entradas-), estoy de acuerdo contigo en que muchas veces fomentamos los conflictos en lugar de los acuerdos y puntos en común. Aunque suelo querer subrayar que también es importante CLARIFICAR, y ACEPTAR DIFERENCIAS; a veces en un proceso un poco lento y trabajoso el dedectar qué nos une, y partir de allí para trabajar juntos. Muchas veces la tendencia de abordar los debates como si fueran luchas donde sólo puede haber una idea "vencedora", a mi me echa hacia atrás.

    Ojalá cada uno lo aceptáramos como un reto diario el intentar mejorar nuestra capacidad de diálogo, y el buscar el difícil punto de equilibrio entre ser fiel a uno mismo (a las más profundas convicciones de uno mismo, pero sin agarrarse a sus preferencias más caprichosas...) a la vez que respetemos y escuchemos a los otros.

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  2. Se puede decir más...pero no mejor, Lena. Tu artículo muy bueno Gonzalo. Cristina

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  3. Estoy de acuerdo en una parte de lo que dices, pero ese "aclarar diferencias y aceptar diferencias" no puede quedarse en un "stand by" constante y y en perpetua matización. Y si lo hace, debe ser en un lugar secundario que no obstruya el desenvolvimiento de una corriente central, que se va definiendo con una marcha que siempre tendrá momentos caóticos, azarosos, y contradictorios. De todas maneras no quiero reabrir este tema particular, y solo quería hacer una reflexión general, que en el caso español, como mínimo, se remonta a la República Española y explica en parte su derrota.Saludos.Gonzalo.

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