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domingo, 1 de septiembre de 2013

La importancia de nuestros hortelanos y de nuestros "productos de la tierra"


Muchas veces he tenido discrepancias con algunos comerciantes amigos acerca de la posibilidad de que los hortelanos puedan vender sus hortalizas; ellos suelen aducir que sufren una competencia injusta, porque los hortelanos no pagan impuestos, no están dados de alta en la seguridad social, muchos están jubilados, y no pagan un alquiler por el sitio que ocupan.

Estoy de acuerdo con ellos en que debe haber algún tipo de regulación y control, pero creo que hay que buscar alguna fórmula para que puedan seguir comerciando; en algunos lugares han logrado resolver esta cuestión, y uno de los pilares de esta solución, han sido, justamente, los propios comerciantes, que en sus tiendas venden con orgullo y satisfacción las hortalizas, quesos, !leche!, miel, melocotones, etc., de sus paisanos; claro que para lograr esto se necesita de mucho compromiso, trabajo, y sentido comunitario; deberíamos preguntarnos si contamos con esas premisas, y si no es así, por la causa de esta carencia.

La venta de hortalizas por parte de los paisanos del pueblo que trabajan sus huertas es algo tradicional, lo que no es tradicional, y que lamentablemente se ha impuesto como un "tsunami" que lo ha acaparado todo en los últimos cincuenta años, es el monopolio de las multinacionales de la agro-industria y el gran "supermercadismo"; estos rompen con la producción local-para que traer un tomate desde cientos de kilómetros-, pagan unos precios miserables a los productores, venden solo las variedades que más se adaptan a sus necesidades-resistencia a la cadena de frío y traslados, homogeneidad, tamaño, etc-, promueve la producción de alimentos bajo unas condiciones muy cuestionables-excesiva utilización de agroquímicos, cadena de frío, malas condiciones laborales, etc-, y al ejercer sus presiones monopolísticas, hace una competencia desleal.

En un mundo donde las grandes multinacionales agro-alimentarias han hecho desaparecer el 70% de las variedades de muchas hortalizas, para imponer las que más se adaptan a sus necesidades de comercialización, los hortelanos locales son un pilar indispensable para volver a recuperar cierta autonomía alimentaria, para volver a comer alimentos sanos,de calidad y que generan empleo, para que no se pierdan más "sabores", y para que nos alimentemos de los frutos de la tierra que han pasado de generación en generación.

¿ Donde está el tomate moruno que comían los padres y abuelos de muchos paisanos del pueblo?

Ha desaparecido, porque nos fueron "metiendo" variedades híbridas, supuestamente más productivas, y con un sabor incomparablemente inferior. Ahora lo añoramos, y algunos intentamos localizar a alguien que conserve unas semillas.

En países de nuestro entorno, como Francia e Italia, protegen las producciones locales, ya sean sus hortalizas, o quesos-aquí se hace un buen queso fresco-, y por supuesto, tendrían una actitud totalmente diferente, si tuviesen, como en nuestro caso, la oportunidad de comerciar una fruta de una calidad diferente, como es la de nuestro melocotón.

Les doy tanta importancia a los hortelanos, y les tengo en tanta estima, que los  estoy filmando como mejor puedo-me han roto la cámara en el pasado pleno, y tengo que pedir que me presten...-,  para que nos transmitan una experiencia de la que en muchos casos son los últimos depositarios; pienso colgar alguna de estas filmaciones lo antes posible.

Por esto mismo, y a pesar del escepticismo que me inspiraban sus organizadores, escribí un artículo elogiando la celebración de la feria del año pasado; luego de ver la farsa que habían montado, y que han repetido este año, expresé en sendos artículos lo que ustedes ya conocen.

No conozco una mayor burla a todo lo que representan, en términos generales, los "productos de la tierra"- trabajo para alguna gente, calidad, salubridad, confianza, cercanía, fijación de población, auto-abastecimiento, orgullo, salario digno y no explotación, cuidado del ambiente etc.- que vender un producto chino.

Lo siento por algún hortelano que haya participado de la farsa sin intenciones torticeras- ayer aclaré que no hablaba de todos-, pero prestarse a vender unos melocotones de otra región, en un pueblo que siempre ha estado orgulloso de su melocotón, y que debería generar políticas serias para recuperarlo-ahora nos acordamos del trabajo que podría generar y de lo buenos que estaban...-, es una burla todavía más dolorosa.

Esto es lo que pasa cuando se utiliza una buena idea-hay cientos de ferias bien hechas a lo largo de España-, para vaciarla de contenido y utilizarla con fines sectarios, clientelares-favoreciendo a "los suyos"- y falaces.


Aquí les dejo un buen enlace que nos relata el daño que nos ha hecho cierta industria alimentaria, y otro que muestra la contradicción entre los "dichos y los actos" de nuestro alcalde:

http://www.youtube.com/watch?v=fyGGWhkKKtk

http://www.diariodeavila.es/noticia/Z51F1270C-CCDB-0E8C-CB1D510459B11852/20120903/melocoton/busca/ser/embajador/alberche/ferias/turisticas



Gonzalo Quiroga

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