Fresas con un alcolchado de paja y corteza de pino, que luego también evitará que las fresas se pudran al tocar la tierra. |
Gracias a los videos y textos
sobre la “Permacultura”, con la que sigo entusiasmada (y de la que seguramente
escribiré más cuando tenga tiempo), este año me estoy tomando la técnica del
“acolchado” más en serio, y cada día recojo varias bolsas con serrín, hojarasca,
hierba etc para cubrir la tierra entre las hortalizas, flores, arbustos y
árboles.
Cubrir la tierra con una capa más
o menos gruesa de materia orgánica tiene varias ventajas:
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ayuda a mantener la humedad en el suelo
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crea unas condiciones favorables para las lombrices, y de
bichos y microorganismos de todo tipo que hacen la tierra más viva, suelta y
fertil.
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Evita la erosión de la tierra.
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Evita cambios bruscos de temperatura.
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Suprime la “malas” hierbas.
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Al descomponerse la materia aporta nutrientes al suelo.
Se puede utilizar muchos
materiales distintos (de hecho un principio importante del “vivir ecológico” es
encontrar una utilidad a las cosas que ya tenemos, incluso a las que se suelen
considerar como “basura”). Aparte de la paja, que es uno de los mejores
materiales pero un poco dificil de conseguir por aquí, sirve la hojarasca, el
cesped cortado, los posos de café, el serrín, restos de poda triturados, coerteza, cáscaras de frutos secos... Y las hierbas que arrancamos entre los cultivos,
simplemente las podemos dejar secarse encima de la tierra (si no son de las
persistentes, como la grama, de la que cada trozo de raíz enseguida arraiga de
nuevo).
De lo que se trata es aprender de
la naturaleza, que nunca suele dejar el suelo desnudo por mucho tiempo.
(Lena)
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