"...en definitiva, Francisco puede representar al viejo socialcristianismo europeo, mezclado con el barro de un charquito amanecido en una villa- barrio de chabolas- de la periferia porteña; aquel socialcristianismo que supo abrazar la antigua democracia cristiana europea y que han olvidado sus fantasmales representantes actuales, mucho más abrazados al mercado, que al la cruz de cristo.

Ni el el opus, ni los legionarios, y por tanto tampoco el pp, pueden alegrarse de la elección de un papa "peronista", cuya primera opción son los pobres, pero tampoco lo puede hacer el autoritario y corrupto gobierno de cristina kirchner, porque Francisco, en su época de cardenal, la supo correr por la izquierda, denunciando su demagogia, su corrupción y su autoritarismo.

El día de su elección, la caverna ideológica y mediática no salía de su asombro, tenían preparados los "confetis" para la elección de su "dinosaurio" predilecto- el cardenal Scola-, la curia italiana ya había enviado una felicitación que luego tuvo que rectificar, Wilkipedia ya lo anunciaba, l'osservatore romano tuvo que cambiar las crónicas que tenía preparadas, y a los de intereconomía se les quedó una cara de desconcierto y sorpresa que hasta a mí me acongojó.

Se había producido un muy secular milagro.

Este ateo militante siente hoy un muy cristiano regocijo en su corazón porque han elegido a un hombre humilde, pero firme y convencido, para conducir la corrompida iglesia romana, y tengo una fundada esperanza, en que luego de siglos de extravío, vuelva a ser la iglesia de los pobres..."


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