DESPERTAR
Vivir despacio,
mirar a los ojos de
los que nos rodean,
saborear todo
aquello que no dicen.
Encender hogueras,
dar de beber,
amar sereno el
tiempo del amor.
Soportar las plagas
del cielo
con paciencia de
trinchera.
El dolor es una
amante peregrina.
Asistir al parto
de una nueva
palabra.
Colocarla detrás de
otra
hasta formar un río.
Percibir el esfuerzo
del árbol
por hacerse bosque.
Observarse, de vez
en cuando,
las líneas de las
manos.
RODRIGO GARRIDO PANIAGUA
Bonito. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarQue este pausado, perceptivo y vivencial decantamiento del acontecer, sea rumiado en nuevos poemas.
ResponderEliminarGonzalo.