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domingo, 30 de diciembre de 2012

John Travolta, el Gobierno del PP, baile de discoteca y recortes...


Esta última semana he tenido tiempo de ver varias películas. Entremedio de un documental sobre Argentina, “Memoria del saqueo” de Fernando E. Solanas (está en youtube, lo recomiendo – sobre todo por el paralelismo con nuestra situación actual ), y un documental sobre unos monjes zen en las montañas chinas, el otro día me senté en el sofá para ver “Saturday Night Fever” (Fiebre de Sábado Noche), ya que me apetecía ver algo menos trascendente.

La ví hace muchos años, de adolescente, y tenía la idea de que era una película divertida por lo hortera.

Pero resulta que era mucho mejor y más interesante que lo que recordaba. No sé si a los 17 años tenía poca sensibilidad, pero no recordaba ninguna de las escenas que ahora más me movían.

Una de ellas es cuando Tony (John Travolta) sale del café donde ha estado hablando con la chica con la que está intentando ligar de una u otra forma. Cuenta un poco sobre lo que el baile significa para él y dice que le gustaría sentir la misma intensidad en alguna otra cosa, aunque no sabe todavía en qué (...con sus casi veinte años, se da cuenta de que se está haciendo mayor, y de que el baile en las discotecas no es para siempre...).

Y otra es la competición, quizá la parte central de la película, cuando Tony está mirando bailar a la pareja de puertorriqueños. “Ellos sí que son buenos”, dice, mientras sus amigos que están encerrados en sus enfrentamientos entre grupos responden que no, que sólo están ensuciando la pista. Y cuando él y su pareja reciben el primer premio, sólo se queda asquado de las mentiras de todos, asqueado de recibir un premio por ser él “de la familia” en lugar de pertener a “los otros”, como los puertorriqueños.

Ese anhelo de sinceridad me resulta muy bonito, igual que la relación de Tony con el baile como algo que exige entrega, disciplina, concentración.

He buscado estas escenas en youtube, pero sólo he encontrado una parte de la competición. Aquí la pongo:



Y aunque siempre he pensado en la sinceridad como una de las cualidades más importantes de la gente, creo que ahora la necesito aún más - por todas las mentiras que nos toca oír y leer día tras día.

De algunas de esas mentiras escribe Juan Torres López en su artículo “Un año de mentiras, de paro y desahucios”, publicado en Público el 27 de diciembre. Aunque no sea nada nuevo, copio un extracto aquí:

“...El Gobierno de Rajoy se empeña en sostener la gran mentira que supone afirmar que realiza una política de austeridad que puede llevar a resolver el problema de la deuda y generar más actividad cuando la realidad es que así solo se consigue debilitar los servicios públicos para facilitar más tarde su privatización. Nada se va a ahorrar con esos recortes. Sabemos a ciencia cierta que provocarán una subsiguiente caída de la actividad que disminuirá aún más los ingresos y que, cuando se privaticen, los servicios serán más caros no solo para los usuarios sino para las administraciones públicas, tal y como ya ha ocurrido en otros países. Ni tampoco se va a conseguir que disminuya la deuda desmantelando las fuentes de generación de ingresos, no ya a medio y largo plazo sino incluso a corto, porque la deuda sube como la espuma por la suma ingente de intereses que van a la banca privada y por la caída de ingresos, y no solo porque haya más gastos corrientes...”

(Lena)

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