Ayer vi la primera parte de
“Salvados”, sobre los desahucios (creo que era una reposición de un programa
emitido hace un año). Allí Jordi Evola entrevistaba a Ada Colau, la portavoz de
PAH, Plataforma de los Afectados por las Hipotecas, y luego fueron los dos a Barcelona
Meeting Point, donde hablaron con Enric Lacalle, Presidente de esta feria
immobiliaria y antiguo candidato a la alcaldía de Barcelona por PP. En un
momento Lacalle expresó la idea que está contaminando la sociedad cada vez más,
que “los bancos y las immobiliarias no son ONGs, son negocios” (implicando que
sólo los ONGs tendrían la obligación de actuar con alguna consideración ética).
Al oírle, me ha venido a la memoria otra escena del cine clásico, de la
película “El tercer hombre”, de Carol Reed.
En esta película Holly Martins,
un no muy exitosos esctritor de policiacas, llega a Viena poco después de la
segunda guerra mundial, para ver a Harry Lime, un amigo de su infancia que le
ha ofrecido un trabajo. Al llegar le dicen que Harry acaba de morir en un
accidente. Sin embargo, poco a poco Holly va descubriendo la verdad: que Harry
se dedicaba a diluir y vender penicilina, robada de un hospital militar, en el
mercado negro, y como la policía andaba detrás de él, se escenificó su propia
muerte para poder escapar. Harry y Holly se ven en una noria, en un parque de
atracciones, y es allí donde tiene lugar esta conversación famosa en la que
Harry dice: “¿Victimas? No seas tan melodramático. ¿Realmente te daría pena
que uno de esos puntitos allí abajo dejara de moverse para siempre?...Nadie
piensa en términos de seres humanos”
(Lena)
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