El dibujo de las golondrinas

En nuestra realidad actual los acontecimientos se precipitan con una periodicidad y una velocidad tan extrema, que muchas veces no nos permiten asimilarlos con la necesaria perspectiva.

Somos como un boxeador al que le están dando una paliza de tal calibre, que ya no sabe desde donde le caen los golpes.

 Por ello a veces caemos en el error de recostarnos sobre algún aspecto que centra toda nuestra atención en un momento determinado-por ejemplo,el "excesivo" gasto del estado-, y no somos capaces de comprender el conjunto. Esto beneficia especialmente a los controlan los resortes del poder político, económico y comunicacional.
 Cuando estamos a punto de alcanzar a la liebre elécrica, cuando hemos logrado desentrañar algunos de los fragmentarios acontecimientos, la realidad nos sacude con un nuevo cataclismo, y otra vez, burlona, la liebre acelera su marcha y nos deja con la lengua afuera.

Otras veces, agobiados y deprimidos, tendemos a igualar a todas las alternativas políticas con la sempiterna frase: "Todos son iguales".

Voy a ser muy claro; yo creo que esta crisis es muy funcional al proyecto de "esta" derecha que gobierna actualmente Europa, España, y nuestra Comunidad Autónoma. Quieren rediseñar el mapa de nuestra realidad, y se han puesto manos a la obra.

Intentaré enlazar distintos aconteceres para`persuadirles de esta afirmación.

Si queremos observar las figuras que dibujan unas golondrinas en el cielo, debemos hacerlo desde una perspectiva que nos permita apreciar las distintas formas que van trazando, y no quedarnos con una sola de sus variaciones.

Muchas veces los políticos son como un pianista autómata que se ha quedado replicando una misma nota, y tiene a sus compañeros de orquesta esperando que termine para poder interpretar la letra de una sinfonía; con ello colaboran los medios de comunicación, al replicar siempre los mismos mensajes y no permitir el ingreso de diferentes debates y miradas.

Desde esa mirada intentaré relacionar las diferentes circunstancias que acaecen en "nuestro pueblo", nuestro país, y en la atribulada Europa.


Gonzalo Quiroga