Páginas

miércoles, 25 de julio de 2012

Radiografía de un fracaso (Segunda Parte)




Prejuiciosos, Cobardes, Prebendarios


Es un triunfo de la brutalidad y un fracaso de la razón, que luego de todas las experiencias históricas que hemos vivido en Europa, se siga descalificando a una persona por su procedencia. Suele ser la respuesta de los frustrados y de los que carecen de argumentos para rebatir una opinión diferente a la suya. Pero la realidad, es que estos prejuicios se renuevan cíclicamente, y son aprovechados por algunos políticos inmorales para alimentar a una jauría, hambrienta de chivos expiatorios y burdos relatos auto-justificatorios.

Es triste también que esto pase en la España del mestizaje, que ha mezclado su sangre con la de los distintos pueblos que ha dominado.
Quizás por que provengo de un país de inmigrantes, y siempre disfruté de esa riqueza de procedencias y culturas que nos conforman como argentinos – españoles, italianos, judíos sefardíes y asquenazíes, peruanos, bolivianos, sirios, armenios, polacos, rusos, daneses, etc.-, me resulta más despreciable ese prejuicio*.

Cuando Serafín Alfonsín, originario de Casaldernos, en la comarca del Salnés, emigró a Argentina, nunca se hubiese imaginado que su nieto regresaría a su pueblo, convertido en el primer presidente democrático tras la dictadura. Ese presidente,  se emocionó en una tierra que sentía como suya;  a mí y a muchos otros nos anima ese mismo sentimiento.

Muchas veces he discutido apasionadamente de política con el gallego que regenta un bar cercano a mi antiguo hogar, pero nunca se me hubiese ocurrido descalificarlo por su procedencia; ustedes se imaginan a alguien rebatiendo a Ortega y Gasset por escribir aquella célebre y todavía recordada frase de “argentinos a las cosas”, en referencia a nuestra irrefrenable tendencia a las abstractas e interminables divagaciones sobre lo divino y humano, por que venía de un país arruinado y bajo una férrea dictadura.

Tiene razón Don Ortega, mire, otra vez me estoy yendo por los Cerros de Úbeda. Le prometo que a partir de ahora iré directo a la cosa.

Clama al cielo que un habitante de un país que ha sufrido tres grandes oleadas emigratorias durante el pasado siglo, y que esta viviendo una cuarta de una magnitud que todavía no podemos dimensionar, tenga estos prejuicios*.

Algunas veces han llegado a mis oídos descalificaciones de este tipo, pero nunca habían desnudado su idiotez por escrito. No me interesa  aludir a su cobardía, ya que la ausencia de una firma ya los califica bajo dicho término. Tampoco describir su torpeza machista cuando imaginan que soy mantenido por mi mujer- desconocen todo sobre mi vida, trabajos, ingresos, pero necesitan llenar alguna de sus vacías tardes sin siesta, con sus  tristes y febriles cotilleos -, ni su contradicción al descalificarme por provenir del país del corralito, cuando dicha experiencia puede ser beneficiosa en las actuales circunstancias.


Prebendarios

Pero si me interesa defender mi calificación de prebendarios o acomodados. En el artículo anterior mencioné que contaba con la ventaja de conocer al grupo desde el que provienen las descalificaciones; por lo tanto, soy consciente de que no se trata sólo de un vulgar resentido o prejuicioso, y puedo ver que tras sus palabras se esconde lo que no pueden exponer abiertamente, pero que le interesa proteger. Sus pequeños o grandes privilegios de clan,  a eso si que están unidos y arraigados y eso lo van a defender como aves carroñeras hasta la última migaja.

Muchas veces, los más avaros, desarraigados y traicioneros, se esconden bajo el disfraz de su arraigo al terruño y la pertenencia. Conocemos muchos personajes que se envuelven en la bandera,  y luego la venden al mejor postor.
Por eso no rebaten nuestros argumentos, por que si lo hacen se desnudan, necesitan descalificarnos para no quedar en evidencia.

Se envuelven en su pertenencia a un pueblo al que conocen muy bien, pero se olvidan, por ejemplo, que las descontroladas despedidas de soltero rompen con ciertas costumbres de sociabilidad, respeto mutuo o descanso, que forman parte de la tradicional forma de relacionarse de sus gentes. No les importa que con ese comportamiento desprecien a sus vecinos, y los traten como ciudadanos de segunda, trato este que no les dan a los vecinos de las ciudades de las que proceden.
Nadie pretende que se acabe con esa fuente de ingresos, sino que se regule de una forma que pueda armonizarse con el resto de la vida del pueblo.

Creo que hasta un foráneo como yo lo puede ver, ¡¿como es que ellos no lo hacen?¡.

Porque solo les importan sus migajas, y sus intereses de clan.

Esta modalidad de turismo es un detalle más sobre la mirada mezquina y cortoplacista que tienen algunos; eso por si solo es un problema, pero lo es mucho más cuando acosan e insultan a los que disienten.

Me refiero a este tema en particular, por que los insultos provinieron a raíz de un artículo que lo desarrollaba- Vengan y rompan..Navaluenga los invita y paga, en la sección de Política Local-,y se los agradezco por que me dan la oportunidad de explayarme sobre este, y ya que estamos, sobre otros temas que les incumben directamente, pero nos afectan a todos.

En el próximo y último artículo sobre este tema, me dedicaré a describir a este sector rancio y prebendarlo. Estoy seguro que ellos tendrán muchos y razonados argumentos para rebatir a un foráneo. Hablando de ello, quizás el ser de afuera y autosuficiente me permite decir lo que otros todavía no se animan; todos sabemos como se las gastan por estos lares con los que disienten sobre lo que importa de verdad.
Les prometo a ustedes y a Don Ortega, que esta vez iré directo al grano.


Gonzalo Quiroga



* Prejuicio del que no están exentos algunos compatriotas, en particular en su vertiente racista, hacia los hermanos bolivianos o paraguayos.
También lamento el comportamiento de la Presidenta Fernández, últimamente algo desquiciado y cuyas bromitas sobre España, no me representan ni a mí, ni a muchos otros. También repruebo la política de ojo por ojo de la Presidenta Dilma Rousseff, que está muy alejada del espíritu de  grandeza en que siempre quiso verse reflejado el estado brasilero.

* Sobre este particular, pueden leer el artículo Bodas de Occidentales por Conveniencia, que viene en el periódico El País del 22 de julio y que se puede encontrar en el siguiente enlace:http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/07/22/actualidad/1342986623_376240.html ,o en la hemeroteca de dicho periódico en su versión digital.

* En la foto, el presidente Alfonsín, se emociona en el pueblo de sus antepasados.

* Puede leer una crónica sobre la visita de Alfonsín al pueblo de sus antepasados en el siguiente enlace:danbars1.blogspot.com/2009/04/el-alfonsin-gallego.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario