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miércoles, 23 de noviembre de 2016

Muerte de Rita Barberá: Homenajear o no homenajear a una figura pública



Homenajear o no homenajear a una figura pública que fallece.

Supongo que debería ser una decisión que cada uno tome de acuerdo a su criterio personal, y algo nada desdeñable, a la sensación de solemnidad y/o trascendencia con el que cada uno se relaciona con la muerte; en culturas como la nuestra, la muerte genera un impacto de tal intensidad, que muchas veces "suspende" todas las valoraciones que tenemos sobre la persona fallecida, se "sacraliza" el momento,  y entra a jugar una sensibilidad vinculada con nuestra herencia judeo-cristiana, que es muy respetable, pero que no tiene que ser compartida por todos.

Pareciera que hay que sumarse a un torrente de conmiseración "unánime" y algunas veces un "pelín hipócrita", y si no lo hacemos, merecemos ser expulsados al último subsuelo del infierno.

Uno no es más humano o menos humano por homenajear a alguien, la humanidad de cada cual se demuestra mejor en otros ámbitos, y el lugar menos indicado en muchas ocasiones, es un episodio trágico como este, en donde suele propalarse una profunda hipocresía.

Yo me hubiese sentido tremendamente incómodo si hubiese tenido que homenajear a un personaje que a causado tanto oprobio a los que amamos la política como una actividad virtuosa.

Y el homenaje que se realizó en el Congreso, tiene que ver con su condición de cargo público y con su trayectoria política, y por tanto, es susceptible de la valoración que cada uno quiera realizar sobre la pertinencia de ese homenaje.

Prefiero los homenajes privados o públicos, elegidos libremente, y el dolor sentido en la interioridad profunda de cada cual, como cuando en el pueblo desfilamos al cementerio por la muerte de algún vecino al que estimamos o respetamos.

Ahora, algunos cínicos, como el ministro Catalá- ex abogado de la "famiglia" del juego, con turbias actuaciones en países como Argentina- se rasgarán las vestiduras, cuando ellos mismos apartaron a Rita Barberá, y le retiraron el carnet del partido, por el coste político que les suponía tenerla en sus filas.

Solo un calculado cinismo político, que contrapondría a otro más calculado y frío aún-el inopinado, repentino, "culposo", e in-habitual minuto en el Congreso-me hubiese hecho quedar en mi asiento, y este buscaría dejar solo al PP en medio del escenario mostrando sus miserias-mantuvieron a Barberá hasta que les "costó votos", y luego la "ningunearon"-, y el no darle otra excusa más a algunos periodistas para demonizar a Podemos.

Menos hipocresía y más respeto a la coherencia personal de cada cual:

http://www.eldiario.es/politica/Rita-Barbera-atendida-infarto-Madrid_0_583391711.html


Gonzalo Quiroga Arzeno (Podemos Ávila)


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