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miércoles, 26 de octubre de 2016

Los gamberrillos y la degradación de la política local.

Estos párrafos ganan una especial relevancia a partir de las últimas averiguaciones que he realizado acerca de algunos de los gamberrillos que nos han agredido durante el verano:

" ...no hace falta ser una especie de oráculo ni tener propiedades adivinatorias, para advertir que desde algunas instancias se buscaría volvernos en contra a algunos chavales, o volvérnoslos aún más en contra de lo que estarían sin su tóxica influencia.

Dentro de los insultos que vengo sufriendo hay muchos ingredientes, y en algunos casos solo encuentro gamberrismo puro y duro, pero en otros, aparte de cierta xenofobia, también encuentro un trasfondo informado por cierto ambientillo político algo degradado y rancio.

Ese ambientillo es el sustrato de algunos de los insultos que recibimos-no solo yo he sido insultado-, y aunque no podamos atribuir una responsabilidad directa a nadie en particular, si podemos sostener que determinados comportamientos influyen negativamente en algunos chavales".

Me preocupa la "toxicidad" del comportamiento de algunos políticos, sobre todo en lo que se refiere a los jóvenes, y más en particular, a los que forman parte de su entorno cercano.

La combinación de una agresividad, que excede el ámbito político y que "señala" al "enemigo", y personaliza las diferencias políticas, junto a la rancia mediocridad y la falta de ejemplaridad pública que rodea muchas de sus actuaciones, representa una muy mala influencia para algunos jóvenes.

Sobre todo en un pueblo donde no hay muchas alternativas socio-recreativas, donde imbuirse de unos valores más "nutritivos" y respetuosos con la diversidad de opiniones.

Esto convierte a algunos jóvenes en víctimas potenciales de ciertos prejuicios muy negativos, como ciertos reflejos identitarios mal entendidos-ya no solo en lo referente a una visión sesgada y excluyente sobre España, sino la de cierta supremacía por ser oriundos del pueblo, lo que pareciera otorgarles una "bula papal", y sobre todo, permitirles todo frente a un foráneo- o un reduccionismo político muy estrecho-todo aquél que se sale de su estrecha y muy espesa mentalidad, es un repelente rojo-; algunos de los insultos que he escuchado, sintonizan con algunas falacias, y prejuicios muy nocivos, en una Europa donde la xenofobia y lo peor del fascismo crece a pasos agigantados.

En fin, no todo vale en política para seguir mamando de la teta del poder; creo que es mejor dejar a los chavales alejados de la nociva influencia de "las batallitas" de algunos, es mejor no escorarlos ni empobrecerlos intelectualmente  desde tan pronto; afortunadamente, ahí afuera,  tienen todo un mundo por descubrir, y muchos lo harán, porque, entre otras cosas,  no son "la recluta" de nadie.

Cuando unos políticos sin ideales se aferran al poder como si no existiese otra cosa en la vida-a veces pienso que el poder les da cierta adrenalina que los hace sentir no solo poderosos, sino que les hace olvidar que son mortales y que algún día volverán al llano-, el tejido comunitario, se contamina y se resiente.

La mediocridad, insisto, la monumental mediocridad, y la falta ejemplaridad en los comportamientos públicos, hacen mucho daño, y  extienden como una mancha de aceite toda su pestilencia. 

ENLACE:http://plazanavaluenga.blogspot.com.es/2016/09/desmadre-articulo-final-la.html

Gonzalo Quiroga Arzeno (VECINOS).

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