El martes pasado fui a la charla con Jorge Rulli, y aunque sea con bastante
retraso quisiera apuntar alguna impresión de ella.
Quizá se podría resumir el discurso de Rulli asï:
La civilización “moderna” – basada
en el consumismo, la producción industrial, de gran escala, y el predominio de
las grandes ciudades sobre el campo – está destruyendo el mundo. Y la gente estamos colonizados por las
grandes empresas: en nuestras mentes, y en nuestros cuerpos y hábitos – participando
en esa destrucción. Por eso tenemos que encontrar formas de resistir, de
rebelarnos; tenemos que aprender a comer, a vivir, y partiendo de nuestra
propia vida cambiar el mundo. Aunque pensamos que no podemos influir mucho, si
todos asumieramos la responsabilidad de nuestros actos – por muy pequeños que
sean – probablemente SI cambiarían muchas cosas.
Para Rulli, una forma de resistir es defender la vida en el campo. Por lo
que cuenta, esto probablemente es aun más difícil en Argentina, donde impera el
modelo de campo despoblado, cubierto de monocultivos de soja fumigados con
Roundup (el herbicida de Monsanto que nuestro Ayuntamiento también emplea para
la “limpieza” de cunetas), mientras cada vez más gente son obligados a malvivir
en las periferias de las grandes urbes).
(Lena)
Este artículo ha sido publicado en la página del Grupo de Reflexión Rural -GRR-, de Facebook.
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