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viernes, 4 de diciembre de 2015

La primera pregunta.

Juan Carlos Soto y Santiago Alba Rico, candidatos al congreso y al senado, el jueves pasado, en Ávila.
















Quizás me toque hacer de moderador en la charla/mitin que darán los candidatos de Podemos el próximo 12 de Diciembre, a las 19:00 hs; aunque al final, como por fortuna suele suceder, el acto se desarrollará según sus propias y azarosas reglas, y yo no seré más que un "jarrón chino" o un mero "pelele".

Por lo tanto, la primera y última pregunta-o tema- que propondré, versará sobre la necesidad de que la gente tenga capacidad de decidir sobre las cuestiones que le incumben como ciudadanos.

Cuenta Santiago Alba Rico, que estando de visita en la casa de unos amigos que residen en los arrabales de El Ferrol, decidió salir a dar un paseo por un bosque cercano.

Si darse cuenta, se va internando en el bosque- esa atracción que desde niños tienen los bosques-, hasta que en un momento, aparece, como por ensalmo, una viejita enjuta, que va tirando de una soga en la que está amarrada una vaca.

Lo primero que hubiera pensado cualquiera de nosotros, versaría sobre lo entrañable de la imagen, y quizás sentiríamos una cierta añoranza por un mundo que se evapora.

Pues como nuestro candidato "gasta" el oficio de filósofo, tuvo esta extraña reflexión:

" Si un funcionario de Bruselas lo decidiese, podría apretar un botón, y la viejecilla, la soga y su vaca, desaparecerían como por un conjuro mágico".

Ya sé, ya sé, pero como verán, esa reflexión cuestiona "la distancia que existe entre la gente, y el lugar donde se deciden las cosas que importan a la gente".

Las distintas leyes y normativas que se imponen desde lugares ajenos a la realidad de la gente nos afectan de una manera de la que no somos conscientes, pero la triste realidad es que somos cometas-barriletes- llevados por el viento, y en el mundo rural, esta tragedia se acentúa aún más.

Pero volvamos a la viejita; déjenme que les haga una interpretación que esta vinculada a los temas que abordaremos en el encuentro que tendremos el próximo sábado doce.

Imaginen que la viejita pertenece a una familia que siempre vivió de la leche y los quesos que vendían en el mercado local.

Pero en un momento, la Unión Europea obligó a que en todos sus estados miembros se cumplan unas condiciones higiénico sanitarias que a su vez, les fueron impuestas por el poderoso lobby de la industria alimentaria.

A partir de un momento, la leche y los quesos de su familia, deben cumplir los mismos requisitos que los de las grandes multinacionales de la alimentación, cuyos productos viajan miles de kilómetros y son almacenados por mucho tiempo.

Entonces unos quesos y una leche que se vendían en la misma aldea donde se elaboraban, y que eran consumidos por la gente de la comarca, ahora deben cumplir con los mismos requisitos de unos quesos que viajan hasta Japón.

Montar toda la infraestructura necesaria para cumplir con esa exigencia resultó muy costoso, y debieron  cerrar la pequeña empresa familiar; como suele suceder, los hijos de la viejita emigraron a la ciudad apara trabajar en la construcción y por consiguiente profundizaron la despoblación del medio rural.

Por supuesto,  han tenido que vender casi todas las vacas, y se han quedado solo con un par de ellas, para consumir su leche, y vender algunos quesos "bajo cuerda", a un pocas  familias conocidas; su ganancia, ahora exigua, no pagará impuestos, y por lo tanto, no contribuirá con los servicios que presta el estado.

En el momento en que Santiago Alba se cruza con la viejita, esta volvía de llevar a su vaca al veterinario, y lo más probable, es que en poco tiempo ya no le "rinda".

Se dan cuenta, seguramente esta viejita "desaparezca", porque representa a los últimos pobladores del mundo rural que ejercen un oficio tan importante, y todo, porque a un funcionario de Brusleas, "le hicieron" apretar un botón.

En Italia o Francia los pobladores del medio rural lograron "acercar" la decisión de las cosas que le importan a su realidad concreta, y obligaron a sus estados a flexibilizar esta normativa.

Aquí en España no tuvimos esa suerte, pero esta es otra historia.


Como ven, la pregunta se ha hecho imposiblemente larga, pero me ha servido para escribir sobre este tema, y al igual que la viejita, seguir tirando, tercamente, de la cuerda.


(Enlace una charla"Política y sentido común", donde también se cuenta la anécdota de "la viejita":https://www.youtube.com/watch?v=PL0leq5Vo9A)


Gonzalo Quiroga Arzeno



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