El mismo día que fueron
publicados los datos del último EPA, escuché unas “minentrevistas” a parados en
las noticias de la SER. Una mujer contó que hasta había contestado una oferta de trabajo sin remuneración.
Me parece sintomático de cómo se
presenta en general el problema del paro: la gente se suele dividir entre los
que trabajan (es decir, empleados, normalmente con un sueldo), los que estudian
(es decir, en algún curso o escuela más o menos oficial) o los que “no hacen nada”
– los parados. Y parece que uno debe estar contento y agradecido por cualquier
trabajo, por muy perjudicial que sea para el espíritu de uno, o para la
humanidad o la naturaleza. Incluso si ni le permite a uno vivir con un mínimo
de independencia (prefiero hablar de independencia, ya que la “dignidad” para
mi no tiene mucho que ver con la situación material y económica de uno),
cubriendo unos gastos básicos de vivienda, comida, etc.
Está claro que el paro es uno de
los principales problemas de España (ligado a la creciente desigualdad, la
corrupción, las prioridades del Gobierno, la destrucción del medio ambiente...)
Ojalá todo el dinero que ahora se va a los bancos, a los AVES, a las autopistas
y a los sueldos, indeminizaciones y pensiones a consejeros, banqueros y
políticos se destinara a cosas más interesantes para la gente y el medio
ambiente. Que en un sitio como Navaluenga se pudiera tener una biblioteca, una
residencia pública para mayores, una planta de compostaje en lugar de quemar
hojas y ramas, que se limpiaran los montes y los caminos, que se apoyara la
producción y comercialización locales de alimentos...
Y claro que sé lo estresante que
es no disponer de unos ingresos regulares y suficientes a la vez que vemos como
suben los gastos que no podemos evitar (luz, tasas varias etc). Sin embargo NO
estoy de acuerdo para nada con la visión descrita arriba. Pienso que si uno no
encuentra trabajo, hay un montón de cosas a las que bien vale la pena dedicar su
tiempo. Como por ejemplo juntarse con otras personas en situación parecida para
ver qué de lo que necesitamos podemos producir nosotros mismos (...o si a uno
le gusta la soledad: plantar sus tomates, patatas y lechugas sin tener que
juntarse con nadie), intentar conocer y entender lo que está pasando en nuestra
provincia/región/país o en el mundo (es un trabajo arduo para el que se
necesita bastante tiempo), pensar en qué es lo importante en la vida y cómo
llegar a ello incluso cuando los problemas se acumulan, adquirir habilidades y
conocimientos que nos puedan ser utiles, abrir nuestras mentes o simplemente
hacer que nos lo pasemos bien... En fin, ser más activos, más responsables y
estirar todo lo que podamos el margen de libertad que cada uno tiene.
Y saber que nuestro valor no
reside ni en el dinero que tenemos, ni en el puesto que hemos conseguido (o no
hemos conseguido).
(Lena)
O. Andersson |
Muy bien!
ResponderEliminar:-)