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lunes, 27 de mayo de 2013

Conversación con el alcalde : Lo que flotaba en el ambiente


Siento continuar decepcionando a algunos, pero solo pienso referirme a los preconceptos o prejuicios que sobrevolaron la conversación, y no al contenido de la conversación misma; así que, estando advertido el lector sobre esta circunstancia, puede abandonar de forma inmediata la lectura de este artículo, o por el contrario, dotarse de un cierto grado de paciencia y de pericia "hermenéutica".

Un marciano en Navaluenga :

Supongo que en la cultura política de nuestros pueblos no es habitual que un extranjero que reside desde hace unos años por estos pagos, pero que para algunos será eternamente un "foráneo", se dedique ha opinar sobre las cuestiones políticas locales; mucho menos cuando en muchas ocasiones disiente con las posiciones del poder local, provincial y autonómico que gobierna estas tierras desde los tiempos de "Sancho Cuarto".

Es curioso, que en muchas ocasiones, de esa defensa de los valores propios frente a los "foráneos", solo quede la "cáscara", porque en unos pueblos tan desvertebrados como los nuestros, lo "foráneo" entra por un tubo y con vaselina, !pero eso sí¡, siempre que no cuestione al poderoso de turno.

Simplemente quería resaltar la instrumentalización que muchos políticos hacen de este devaluado sentimiento de pertenencia ; digamos que se aprovechan de su costadito más oscuro, "facilón" y demagógico, y olvidan todas sus virtuosas potencialidades.

Dos Collons o solo medio :

Supongo que algunos que se refieren a mi, alegando la falta de ese tan valorado atributo masculino, tendrán sus razones, aunque las desconozco porque nunca se han presentado personalmente para defenderlas, por lo cual, y siguiendo su "sesudo" razonamiento, debo colegir que también estarían faltos del tan mentado atributo, porque solo las vierten a escondidillas.

Se dice, se argumenta, se parola..., canta Edmundo Rivero en un conocido tango, pues, entonces se dice que una de las razones por el cual carezco de los apreciados "collons", es que nunca me presenté en el ayuntamiento para vertir mis opiniones.

En fin, ya reflexioné en otro artículo sobre esa cuestión, y creo que ha quedado zanjada.

De todas formas, debo decirles a semejantes "iluminados", que no me considero ni un valiente ni un cobarde, y que simplemente intento ser una persona comprometida con sus ideas, y con el tiempo y el lugar donde me ha tocado vivir.

Quizás ellos consideran que opinar críticamente siendo un "foráneo", que hacerlo sin pertenecer a ninguno de los dos partidos mayoritarios, que siempre te pueden dar una cobertura- ni siquiera a los otros dos que tienen diputados provinciales-, es propio de un cobarde, pues que vengan y me lo cuenten, aunque ya sabemos que... ; supongo que tener facilidades para congraciarse con los poderes fácticos del terruño y sus corifeos, y despreciarlas, es propio de un cobarde, y que tener que sentir la muda sanción social de algunos prebendarios del poder- suele manifestarse cuando evitan saludarte-, también lo es.

Tampoco creo ser un valiente, que es un concepto relativo, pero que se objetiva mucho más, supongo, en los políticos, periodistas , catedráticos y guardias civiles de la Euskadi reciente, o en gente como Jorge Rulli, fundador del Grupo de Reflexión Rural al que pertenezco, que ha sido encarcelado por dos diferentes dictaduras y torturado cruelmente por una de ellas, y que aún así, se opone a gente de su propio partido como Cristina Kirchner, cuando podría disfrutar de los oropeles del poder; decía, que supongo que esa gente tiene los "collons", tan facilmente mentados por otros.

Por otra parte, si bien pertenezco a un partido todavía embrionario - Equo-, es verdad que conozco a alguna poca gente de la política y el periodismo, por lo cual mi actitud no supone un derroche de valentía, si la comparo con la posición de muchos otros que están mucho más desguarnecidos, y encima no cuentan con una mínima seguridad económica que les asegure una vida austera pero digna, a buen refugio de los avatares laborales y las maldades que pueden estar vinculadas esa circunstancia, cuando algunos ponen en funcionamiento su "agenda de acción disuasoria"-te dejas de joder, o...-, sobre todo en algunos pueblos y  pequeñas ciudades.

¿ Como seguir ?

Supongo que igual que antes, sin entrar "al trapo" de ciertas provocaciones, y tomándomelas con humor, y por supuesto, siempre manifestando mis opiniones en términos puramente políticos.

Todavía existe cierta concepción del poder que le cuesta entender esto último, y que no renuncia a ciertos reflejos autoritarios.

Si es una condición necesaria para algunos, no tengo problema en presentarme al ayuntamiento, preguntar por el alcalde,  charlar un rato y despedirme amablemente,pero al final dejaré un papel con ciertas preguntas- criterios para la selección laboral de los parados, cuentas del golf, sueldo del alcalde en diputación, centro de día para los viejos, supresión de determinadas actividades, etc- que simplemente, espero que sean respondidas en otro papel con sello y firma.

Al final, se terminará imponiendo la transparencia que es tan habitual en unos paises que funcionan mejor que España, y por la que deberíamos luchar todos, aunque solo sea por nuestros hijos; aunque yo pensase que este alcalde es el mejor del "mundo mundial", también solicitaría información, porque es mi derecho, y su deber es entregármela; quizás haya muchas cosas que estén bien, y que no tenga sentido que permanezcan ocultas, y quizás también, podamos proponer algo, y lo que es mejor, puede que se cree un clima propicio para que trebajen con la oposición en el consistorio.

Ya estoy aburrido de escribir, y supongo que ustedes lo están más de leer, así que pienso finalizar esta serie en otro artículo más pequeño, con una irónica referencia a los queridos alcahuetes, que al igual que las cucarachas, existen desde la noche de los tiempos, y debido a su gran capacidad de adaptación - unos como otros no siguen criterios morales- sobrevivirán a nuestra especie.

( Continuará con las cucarachas, perdón, con los alcahuetes).

Gonzalo Quiroga.

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