1.- Es obvio, pero conviene decirlo: el atentado de Boston es una salvajada injustificable. Ojalá que sus autores sean detenidos, juzgados, condenados y se pudran en la cárcel. Pero que no pasen por Guantánamo.
2.- Todo cuanto afecta al imperio norteamericano tiene una proyección internacional desproporcionada, pero hablar de un mini 11-S es un disparate. Los hechos, aunque trágicos, no alcanzan la dimensión de la miriada de atentados que ensangrientan el mundo tras los excesos de la guerra contra el terrorismo desatada por Bush y continuada por Obama. Un muerto es un muerto, y debería valer lo mismo en Madrid, Faluya, Kandahar, Karachi, Mogadiscio, Beirut, Saná… o Boston. Sin embargo, estamos tan influidos por EE UU (su tecnología, su cine, su televisión, su literatura, su economía) que llegamos a sentir como más cercano un atentado con tres muertos en Boston que otro con cien en Bagdad. Somos víctimas de esta invasión, y culpables por no defendernos de ella...
La violencia sólo hace dispararse el girar desenfrenado de un circulo vicioso, sólo genera más violencia.
(Lena)
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