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lunes, 11 de febrero de 2013

Educación: la huelga de los estudiantes

O. Andersson  

La semana pasada hubo huelga de estudiantes, también aquí en el Instituto de Navaluenga. Según el portavoz del Sindicato de Estudiantes, Tohil Delgado, las huelgas y las manifestaciones que se han llevado a cabo (aquí, que yo sepa, no se ha hecho ninguna manifestación) son en protesta al anteproyecto de la LOMCE (“ Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa”)  y los recortes en la educación pública, y en defensa de “una escuela pública de calidad, integradora, científica, laica, gratuíta...".

 Sin embargo, los chicos con los que he hablado en el pueblo no me han aclarado mucho sobre el porqué de la huelga. La respuesta que más he oído ha sido que “no voy porque mis amigos no van”, y más bien parece que la mayoría lo han visto como tres días extra de vacaciones. El más consciente si me hablaba de recortes, que por ejemplo se notan en que hace más frío en las aulas debido al ahorro en la califacción, y de que hay que pagar fotocopias y otras cosas que antes eran gratis.

También tengo entendido que en el Instituto hay siete profesores menos este año, que no se contrata a un sustituto antes de las dos semanas de faltar un profesor, y que se han suprimido asignaturas. Aquí invito a los que estén más enterados que yo a informarnos un poco a todos.

En espera de eso, he intentado saber algo más sobre la LOMCE con la ayuda de algunos artículos de eldiario.es. No entiendo todo, pero algunos puntos que me llaman la atención son estos:

Las definiciones y objetivos de la educación que aparecen en el preámbulo de la ley:
En lugar de considerar la educación como “el medio más adecuado para garantizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, responsable, libre y crítica”, como en la anterior ley (LOE), la LOMCE destaca que el nivel educativo determina hasta qué punto una persona sea capaz de “competir con éxito en el ámbito del panorama internacional” y acceder a “puestos de trabajo de alta cualificación, lo que representa una apuesta por el crecimiento económico y por un futuro mejor”.

La verdad es que pienso que para cumplir con los objetivos expresados en la LOE habría que cambiar bastantes cosas en la escuela, tanto de contenidos como de la forma de enseñar y aprender  (puede ser que me equivoco, pero mi impresión es que la mayor parte de la enseñanza todavía se basa mucho en la memorización, además de ser poco participativa) – pero en la dirección contraria a la que apuntan la “reforma” propuesta (e impuesta) por el Gobierno.

El cambio, sin embargo, no sorprende. Porque las noticias que nos llegan cada día confirman cada vez más lo poco que le interesa al Gobierno la democracia (si me apuran, yo diría que más bien parece ver la democracia como algo contrario a sus intereses).

El otro punto que ahora quisiera comentar brevemente es el referente a los exámenes estandarizados, o las “reválidas”. Se eliminarán la selectividad pero se incluyen otros tres exámenes diseñados por el Ministerio de Educación: al acabar 6º de Primaria, 4º de ESO (contará un 30% para la nota media de la Secundaria) y al final del Bachillerato (contará un 40% en la nota).

http://www.commondreams.org/headline/2013/02/06-6
Justo esta semana un amigo me ha enviado un artículo sobre las movilizaciones en Estados Unidos en protesta  por la manía y el aumento de pruebas estandarizadas (tipo test). La pancarta de esta foto de Seattle, donde los profesores han decidido boicotear dichas pruebas, dice; “Enseñemos a los chicos a pensar fuera de la casilla, no a rellenar círculos”. Y estoy de acuerdo con los lectores que comentan que esta manía tiene su origen en la “fé absoluta del gobierno y de las empresas en los números”. Pero ¿cómo se evalúa la capacidad de un profesor de transmitir una alegría y un deseo de aprender, de descubrir y de pensar de forma crítica e independiente? Aunque se pueda evaluar, no será fácil de reducirla a un simple número.

Pero ahora sí quiero terminar poniendo algunos números:
En este panorama de recortes brutales, el coste previsto para implantar la reforma educativa ya se ha quintuplicado desde que se envió el primer borrador a las CC.AA. Ahora asciende a 408 millones de euros que serán aportados por el Gobierno central, más 50 millones anuales (durante tres años) con los que las comunidades autónomas deberán contribuir.





(Lena)

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