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viernes, 25 de enero de 2013



...al pasar cerca de un corrillo formado en la plaza de su pueblo- Navaluenga-, el vecino escuchó al verborrágico concejal diciendo que aquí nunca hubo corrupción urbanística, eso ya lo a dicho la justicia de Ávila, lo del de Ronda es su asunto, !si no que venga Dios y lo vea¡.

Así es-pensó el  hombre-, así tiene que actuar un buen cristiano, hay cosas que debemos dejar en manos de los que mandan, nuestra iglesia y los políticos, o los jueces, que más da, son familia y siempre estuvieron ahí,  y nosotros a lo nuestro, mientras se mantenga el orden no tiene sentido andar revolviendo las cosas del pasado, el olvido todo lo borra y nos permite vivir tranquilos, como buenos hijos de un Padre que todo lo juzga y resuelve por nosotros..., y se fue yendo en silencio,  mientras se confundía con los colores del crepúsculo.

Encaramado en un risco, "Numa"-personaje que aparece en cuentos y novelas de Juan Benet-, el mítico pastor que desde las estribaciones de Mantua controla que nada altere un orden establecido para siempre en esas tierras, permanece erguido y atento a unos sonidos que ultimamente reclaman su atención, "detrás de la sierra resuena algo, como los cascos de unos caballos, y no tienen la cadenacia de las familiares partidas de caza de nuestro cacique, parecen más anárquicos, sin organización alguna, como si nadie los dirigiese, habrá que estar atento, cada noche los oigo un poco más cerca, junto con unas músicas nada marciales, alegres y desenfadadas , mientras galopan, galopan y sus cascos retumban todavía lejanos, pero se acercan, los siento, del otro lado...



        (Fragmento del quincuagésimo capítulo del siempre inacabado libro "Famiglia e omertá" donde también aparece alguna tosca y descontextualizada mención a la obra de Juan Benet)


                                                               

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