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domingo, 19 de agosto de 2012

Enfocando la mirada... 2


Quizá sea un error estar siempre juzgando al mirar la realidad.

Pero desde que empecé a pasearme por el pueblo con la cámara a mano, soy como una bola rodando; no puedo parar de fijarme en las calles, las casas, los detalles y etiquetarlos “bello”, “feo”, “me gusta”, “no me gusta”...

Sin embargo, en mi caso creo que también corresponde a una mayor implicación con el pueblo, un cambio en mi actitud predominante, que durante muchos años me ha hecho pasar lo menos posible por la población, asumiendo su fealdad como algo ajeno, para enseguida volver a la montaña, el río, los prados y los caminos, que son por los que vine aquí a vivir hace unos 15 años.

Ahora miro y, como he dicho, veo tanto fealdad como belleza. ...Y también pienso que podría ser mucho más bonito.

Aparte de las fachadas ciegas, que mencioné en mi anterior entrada de “Enfocando...”, otro detalle (¡pero detalle que abunda!) es el lio de cables eléctricos que hay. Como este, pero lo hay por todos lados. No creo haber visto otro pueblo con tal lío - ¿o será que no me habré fijado? (que es muy posible que sea así).



Por otro lado, algo que alegra la vista, e incluso el olfato, son los huertos que todavía quedan dentro del pueblo. Aquí pongo las fotos de dos de ellos.


Continuará.








(Lena)



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